Carta de Pérez de Ayala coa ocasión da viaxe ao Xapón de José Suárez.1953

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CARTA MANUSCRITA A MAN DE RAMÓN PÉREZ DE AYALA
(respétase na transcripción a puntuación orixinal)
Buenos Aires 20 Agosto1953
Querido Pepe: recibo su carta con tanto contento como melancolía. Contento, por saber directamente de Ud. Melancolía, por la noticia que me da del inminente alejamiento a tan buenas tierras. No sé como agradecerle su bondad y liberalidad para conmigo, en todos los sentidos. Si la reciprocidad en el afecto y estimación (sinceros, genuinos) es correspondencia, por mi parte Ud. la tiene y tuvo, desde el punto que hube de conocerle. Pero estos sentimientos míos hacia Ud. no tuvieron ocasión de manifestarse prácticamente. No así Ud. No sé cómo agradecerle el envío de las fotos. Estoy avergonzado de que Ud. se haya tomado ese trabajo por mí, y no menos agradecido de que Ud. No hubiese olvidado una insinuación mía, al acaso, quizás impertinente y excesiva. Sabía de Ud. Ultimamente por Zelmira Paz y su hija, Nene Gainza. Zelmira me hablaba con gran admiración de Ud. Por ellas supe que mi querido Tito Gainza y Ud. Se habían hecho grandes amigos, cosa, para mí, perfectamente explicable y previsible, en estas tierras espiritualmente desérticas, y en este “ continente sin contenido” donde el hecho providencial de encontrar alguien con quien comunicarse viene a ser algo así como el del náufrago que halla una tabla de salvación. En eso – que Ud. me dice – de su inadaptación, no puedo sino estar, por experiencia penosa, conforme del todo con Ud. Yo me defiendo porque estoy en trato cotidiano con los nuestros siempre vivos del viejo mundo (o sea, de la verdadera juventud del mundo), que me rejuvenecen. Los leo a diario. Incluso por gusto los traduzco, para que hablen mi idioma y podamos dialogar mejor. Se me figura, y casi estoy seguro de antemano que el Japón va a ser el mejor fondo y repertorio de estímulos expresivos para la genialidad artística que Ud. lleva dentro y que, aunque mucho, no ha dado de sí toda su potencialidad todavía. Hago votos por que allí le vaya a Ud. conforme yo deseo. El Embajador en Tokio, y su mujer, son amigos míos, por quienes siento gran cariño. Salúdeles Ud. en mi nombre. Al parecer aparecieron en “El Día”, de Montivideo, no sé si uno o más artículos míos, ignoro cómo ni por donde. Tito quedó en enviármelos. Pero no los he recibido. Le ruego que le diga que vea de hacer que me lleguen, es simple curiosidad. En fin, Pepe, un fuerte abrazo, de todo corazón, con “la esperanza desesperada” (como dijo san Pablo) que es la mejor certidumbre, de que el día más impensado, y en el lugar más impensado, nos hemos de volver a abrazar. Suyo
Ayala
 
Mi mujer y mi chico le envían su cariño